En el llamado "techo del mundo", el Tíbet, los monjes y lamas tibetanos desarrollaron varias razas para cubrir diferentes necesidades. Una de ellas fue el Lhasa Apso, el cual utilizaban como perro de compañía, pero sobre todo como perro guardián de los monasterios, desde tiempos ancestrales. Los ejemplares de esta raza eran considerados como "Perros Sagrados del Tibet". Mucha gente creía que eran reencarnaciones de lamas fallecidos. Siempre se consideraron portadores de buena fortuna. Por ello, se creó la costumbre de obsequiar con uno de estos ejemplares a los mandatarios, nobles y reyes de todo el mundo. No podían ser vendidos, bajo pena de muerte. Debían ser ofrecidos como regalo con el deseo de dar buena suerte a la persona que lo recibía. De este modo, ya entrado el siglo XX, la raza fue abriéndose camino por todo el mundo y saltó fronteras muchos cientos de años después de su creación, allá por el siglo 800 a.C.jueves, 28 de agosto de 2008
HISTORIA
En el llamado "techo del mundo", el Tíbet, los monjes y lamas tibetanos desarrollaron varias razas para cubrir diferentes necesidades. Una de ellas fue el Lhasa Apso, el cual utilizaban como perro de compañía, pero sobre todo como perro guardián de los monasterios, desde tiempos ancestrales. Los ejemplares de esta raza eran considerados como "Perros Sagrados del Tibet". Mucha gente creía que eran reencarnaciones de lamas fallecidos. Siempre se consideraron portadores de buena fortuna. Por ello, se creó la costumbre de obsequiar con uno de estos ejemplares a los mandatarios, nobles y reyes de todo el mundo. No podían ser vendidos, bajo pena de muerte. Debían ser ofrecidos como regalo con el deseo de dar buena suerte a la persona que lo recibía. De este modo, ya entrado el siglo XX, la raza fue abriéndose camino por todo el mundo y saltó fronteras muchos cientos de años después de su creación, allá por el siglo 800 a.C.
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